En Hondarribia (Gipuzkoa) una peregrinación de arquitectos, aparejadores, ingenieros y constructores interesados en conocer las entrañas de dos bloques de viviendas construidas exclusivamente con madera de pino. Ni un solo ladrillo, ni hormigón, ni hierro. Se trata de 65 pisos de protección oficial construidos con una técnica característica de los países nórdicos, promovidas por el Gobierno vascoy que está siendo “un referente de construcción sostenible”, además del inmueble “más grande y de mayor altura hecho en madera en todo el suroeste de Europa”.
En 14 semanas han levantado dos bloques (8.379 metros cuadrados en cuatro alturas) mediante el ensamblaje de 2.200 metros cúbicos de paneles de madera contralaminada, extraída de bosques del entorno.
Como un mecano gigante, “la unión de forjados y tabiques prefabricados ha dado como resultado una edificación con viviendas de calidad, con un consumo energético casi nulo, sostenibles y respetuosas con el medioambiente”, tal y como ha afirmado Nerea Morgado, directora técnica de Visesa, la sociedad pública promotora de las viviendas.
A la obra llegan en camiones grandes tableros con “su nombre y apellido”, numerados en la fábrica para facilitar el montaje de las mismas. Las tarimas de hasta 16 metros de largo y 21 centímetros de grosor encajan como un puzle hasta conformar la edificación. “Esta técnica a la vanguardia en la bioconstrucción, ha necesitado 180 camiones para transportar los 5.800 metros cúbicos de troncos que conforman el esqueleto de las viviendas.
La madera se ha empleado en paredes, suelos, muros de carga, techos y en la cubierta de los inmuebles. Una vez se instalan los paneles, se recubren con placas de yeso, sin que sean visibles dentro y fuera de los pisos, pero en donde sus propietarios notarán los beneficios en ahorro de energía, regulación de la humedad o purificación del aire.
El proceso de fabricación, montaje, transporte y colocación de las planchas de madera ha permitido “ganar hasta cuatro meses en la ejecución de la obra”. Uno de los bloques alberga 32 viviendas de protección oficial en venta y el otro, 33 en régimen de alquiler, de las que el Ayuntamiento recibirá 15 en compensación por la cesión de un solar de 4.375 metros cuadrados. Inicialmente, las viviendas de dos dormitorios tenían un precio de 129.764 euros, y de 164.355 euros las de tres habitaciones.
La experiencia pionera forma parte de un proyecto denominado “Viviendas de madera” que trata de comparar los sistemas constructivos avanzados con este material y en el que también participa una empresa de Canadá. Por otro lado este tipo de instalaciones permite evaluar el coste de la obra con más exactitud, reduciendo los tiempos de obra, la mejora en el control de la calidad de los materiales, minimizando los riesgos laborales y reduciendo claramente las emisiones de CO2 durante la explotación, construcción y vida útil del edificio.