Casas en los arboles en Zeanuri
Que levante la mano (virtualmente) el que no haya pensado alguna vez viendo las míticas casa del árbol de las películas que son una pasada y que le encantaría poder tener/estar en una.
Pues es posible, y encima ¡SIN SALIR DE ESPAÑA!.
Todos hemos pensado alguna vez en la idea de vivir como un pájaro, o como una ardilla. Arriba, entre los árboles, con una sensación plena de libertad. Pero todos hemos soñado también en algún momento de nuestra infancia (y no tan infancia) con tener una casa de madera en un árbol, como en las películas americanas.
Esta vez no tenemos que volar tan lejos para cumplir nuestro sueño ya que podemos hacerlo realidad sin irnos muy lejos y, de hecho, sin salir de España. Estamos hablando del “complejo hotelero” (nada que ver con lo que solemos tener en mente al hablar de este concepto) ubicado en el monte Zubizabala (Zeanuri) que recibe el nombre de “Zuhaitz etxeak” y que presume de ser el primer complejo con cabañas en los árboles de todo el País Vasco siendo las más altas de toda Europa con 17 metros de altura.
Esta original idea cuenta con cuatro cabañas totalmente hechas con madera colgadas en las copas de los árboles por cables atados a tronco y ramas, un caserío y cuatro carros zíngaros equipados (el medio de transporte más importante del pueblo gitano nómada).
El acceso a las casitas de madera aéreas se realiza por una escalera y cuentan con 30 metros cuadrados de los que 10 están dedicados a una acogedora y recogida terraza donde disfrutar de las vistas. Tienen capacidad para entre dos y cuatro personas y están equipadas con luz, agua, lavamanos y un WC que convierte los residuos en compostaje.
Sin duda, poder pasar una noche en una de sus cabañas es una experiencia única para los sentidos, en pleno contacto con los árboles y la naturaleza, pero también una experiencia única para el alma y el confort con uno mismo, disfrutando de una sensación de libertad e intimidad difícil de igualar.
Todas tus preocupaciones serán pararte a escuchar en más o menos profundidad los sonidos del bosque y sus habitantes, mientras te va invadiendo la sensación de ser un pajarillo más.
Sin duda, un lugar diferente donde disfrutar unos días de descanso fuera de la ciudad, del ruido, y en fin, del resto del universo 🙂
¡A volar!