La importancia de la madera en el museo de Chios Mastic (Grecia)
El Museo de Chios Mastic se encuentra en la ladera de una colina frente a la villa medieval de Pyrgi (Grecia) en una arboleda utilizada como cultivo experimental. Ningún volumen de construcción obstruye la vista panorámica. El visitante descubre el museo, sumergiéndose y avanzando a través de un camino de sucesivos espacios cubiertos, cerrados y abiertos.
El edificio se compone de 2 alas paralelas, medio incrustadas en el suelo, siguiendo la pendiente natural, cubiertos por dos grandes techos de madera, inclinados en contra de la pendiente.
Uno entra desde el ala superior, a través del pasaje cubierto entre la taquilla y el espacio multipropósito.
Se baja al ala inferior donde se siguen las sucesivas secciones de exposición, en el que se entrelazan con sus fisionomía rquitectónica la primera sección dedicada al cultivo tradicional, en contacto con la arboleda a través de grandes paneles de vidrio a ambos lados. Las ayudas visuales complementan la comprensión de la función y el carácter único del almácigo y su cultivo.
Las actividades del programa educativo, las oficinas del museo, los archivos y los espacios auxiliares están ubicados en el piso inferior del ala superior, en acceso directo desde ambas alas.
Los dos cobertizos paralelos, que es el aspecto más característico del edificio, están hechos de madera laminada, cubiertos con láminas de zinc. Sus rayos principales varían en longitud de 21 a 25,8 metros, en un incremento estructural de 6,5 metros.
Los cobertizos están soportados por juntas de acero sobre cimientos de concreto en la parte sur, que se apoya en el suelo, y descansa sobre columnas compuestas de madera laminada en forma de árbol con refuerzos de acero en la parte norte, que es su lado más alto.
La parte superior en forma de árbol contigua a las columnas, forma una armadura hecha a medida, que evita que el sistema de cojinetes de los cobertizos se mueva horizontalmente.